Últimamente, los colores de los mapas de las temperaturas en la Península Ibérica han generado controversia y cierto alarmismo en las redes sociales. Pero… ¿Por qué?
Las diferentes variables meteorológicas están representadas a través de una escala de colores en los mapas meteorológicos agrupando los valores de igual o similar magnitud por áreas. Esta agrupación de los valores con diferentes colores es muy necesaria, puesto que nos ayuda a hacer que sean más fáciles de interpretar y de extraer toda la información posible.
Pero, ciertas veces, si no se observan estos mapas con cautela y mirando bien la leyenda, los colores nos pueden llevar a interpretaciones erróneas y, en algunas ocasiones, las diferentes gamas cromáticas presentes en los mapas pueden generar confusión y falsas alarmas.
Las páginas web de información meteorológica en “abierto” así como los portales de los diferentes servicios meteorológicos, elaboran sus mapas a partir de diferentes modelos meteorológicos y, como podemos ver en las siguientes imágenes, no todas presentan la misma escala de colores.
Después de ver los ejemplos (figura 1 y figura 2), el primero que se aprecia es que si no te fijas en la leyenda, hay algunos mapas que, aparentemente, parece que pueda hacer mucho más calor que en otros. Sin embargo, las temperaturas en todos los mapas son similares.
En la gran mayoría de casos, las coloraciones anaranjadas, rojizas y lilas se emplean para las temperaturas elevadas; y los colores azules y blancos se utilizan para las temperaturas frías. Lo que genera dudas en la interpretación de los mapas no son estos colores, sino la gradación de los mismos que emplean los diferentes modelos y servicios meteorológicos.
En la figura 1, que aparecen los mapas del Meteo.cat y de la AEMET, hay colores verdes y azules en algunos puntos de los Pirineos, y unos colores más naranjas y amarillentos hacia la costa y el litoral. En cambio, en la figura 2, en concreto, en la imagen extraída de la web meteociel.fr la gran parte del mapa es de color rojo o, incluso, colores ya marrones o violetas.
Este cambio en los mapas, a pesar de representar temperaturas iguales o similares, son causados por la diferencia de color que se ha adjudicado a cada una de las temperaturas. Por ejemplo, para el Meteocat o la AEMET el color amarillo está asignado al rango de temperaturas que va del 20 al 22 °C o del 22 al 24 °C, respectivamente y, en cambio, para Meteociel el amarillo se ha asignado a unas temperaturas de 10 a 12 °C.
¿Y cómo es que hay tanta diferencia a la gradación de los colores?
Hay que pensar que tanto Meteocat como AEMET muestran los respectivos modelos únicamente por las áreas de Cataluña y de España, respectivamente, de tal manera que adaptan los colores de sus leyendas a las temperaturas que son más habituales en estas zonas. En cambio, hay otras páginas en abierto que muestran las temperaturas para Europa o, incluso, a escala mundial y, por lo tanto, adaptan sus leyendas en la región mostrada.
Por ejemplo, Meteociel (figura 2, izquierda), es una página que muestra mapas de Europa. Como ya se sabe, hay regiones, en el norte de Europa, muy frías que contrastan con las temperaturas bastante cálidas que sufrimos en el sur del continente. Como que en la totalidad de Europa, predominan las temperaturas bajas a las altas, esta página ha adaptado su leyenda poniendo el color amarillo en temperaturas 10 °C inferiores del que han hecho los servicios nacionales de meteorología de la Península Ibérica.
Otro ejemplo que hay que destacar es lo del Windy (figura 2, derecha). Esta página muestra toda una serie de modelos meteorológicos a escala global, de tal manera que, a nuestras latitudes, los colores mayoritarios que representan las temperaturas veraniegas son las amarillentas o las naranjas, puesto que hay regiones mucho más cálidas que la nuestra.
Más allá de la adaptación de los colores según la región del mapa que se esté mostrando o estudiando no hay ninguno otro motivo para cambiar la gradación de los colores.
Actualmente, no existe ninguna regulación por parte de organismos internacionales en los colores que son asignados a cada temperatura. A pesar de esto, todos los servicios nacionales meteorológicos de los diferentes países, así como los mismos modelos numéricos de predicción meteorológica, han aceptado el estándar básico que los colores cálidos representan las temperaturas más elevadas y los colores fríos representan las temperaturas más bajas. No obstante, la temperatura con la cual están relacionados los colores centrales de la gama cromática ya depende de cada servicio nacional y de las temperaturas medias, máximas y mínimas de cada país.
Cómo se puede apreciar en los ejemplos de la figura 3, las leyendas correspondientes al Servicio Nacional Británico (Met Office) y al Servicio Nacional Alemán (DWD) tienen una gradación similar, situando el centro de la escala (los colores verdosos) entre los 0-2 °C y los 8-10 °C. En cambio, la escala del Servicio Nacional Español sitúa el centro de la escala entre los 14 °C y los 22 °C. Esta diferencia tan sustancial entre las gradaciones a las leyendas provoca los problemas de colores cuando se observa en una región diferente a la cual ha sido pensada esta escala.
La Organización Meteorológica Mundial (WMO, World Meteorological Organitzation) no se ha pronunciado al respeto y permite que cada servicio adapte los colores a sus temperaturas medias. De hecho, el DWD, utiliza los modelos numéricos de la WMO para mostrar previsiones a escala global en su web con la leyenda de colores de la figura 3 b).
¿Se puede hacer algo al respeto?
Como que hoy en día no existe una estandarización sobre en qué temperaturas se tienen que atribuir los colores del centro de la escala cromática, cada servicio nacional y cada página web de mapas meteorológicos puede establecer la escala como mejor se puedan representar las temperaturas medias de la zona de estudio principal.
No obstante, este hecho que se debe tener muy claro a la hora de estudiar un mapa o incluso mostrarlo en las redes sociales, puesto que los colores rojos siempre han sido asociados a hechos de alarma. De tal manera que un mapa completamente rojo en Cataluña puede parecer que represente temperaturas desorbitadamente altas, cuando en realidad no lo son tanto. Como por ejemplo en las figuras 1 y 2, que corresponden todos los mapas en el día 15 de julio a las 15 h. Aquel día las máximas fueron de 29-30 °C en Barcelona o de 36-37 °C en Lleida, que son temperaturas elevadas, pero son habituales en la canícula, no son desorbitadas.
Para no tener estos problemas, el que haría falta sería poder regular o estandarizar qué colores están relacionados con cada temperatura. Esta estandarización de colores, siempre dejando cierto margen para la adaptación, permitirá que mapas de la misma región para el mismo día y por la misma hora tengan una escala de colores parecidos, haciendo que no se pueda inducir a error o a alarmas innecesarias.